Un reflejo de la dualidad que nos rodea y define nuestra existencia.
He intentado capturar la dualidad inherente entre el caos y el orden, un equilibrio delicado que se encuentra no solo en nuestro mundo físico sino también emocional. Las manchas azules representan el caos, una explosión de emociones y energías incontroladas que se dispersan libremente. Contrasta esto con las líneas estructuradas y definidas que simbolizan el orden, la arquitectura de nuestras vidas y sociedades.
La intersección de estos elementos refleja la lucha constante entre estos dos estados de ser. Los edificios son un testimonio del deseo humano de imponer orden a nuestro entorno, mientras que las formas abstractas y los colores vibrantes representan la humanidad indomable que reside dentro de estas estructuras rígidas.
Te invito a perderte en esta interacción dinámica; a explorar los rincones oscuros donde el caos se encuentra con el orden, donde la humanidad se encuentra con la edificación.