Cada línea trazada es un viaje, cada sombra proyectada una historia, invitándote a perderte en los recovecos infinitos de tu propia interpretación.
La precisión de las formas geométricas se encuentra con la espontaneidad de las sombras y texturas. La simplicidad del blanco, negro y gris resalta la complejidad del patrón, y cada sombra añade profundidad y dimensión a la estructura.
Esta obra nace de una fascinación por la arquitectura y su capacidad para evocar emociones a través de la pura abstracción. Es un reflejo de la belleza que surge cuando lo tangible se encuentra con lo intangible, y lo matemático con lo poético.